Elías necesita urgente que la obra social autorice una serie de injertos cutáneos, ya que, de lo contrario, podría quedar con severas dificultades para volver a caminar.

Tras sufrir un accidente, en el que fue atropellado por un camión y casi pierde una pierna, un nene de 6 años -oriundo de Berazategui- espera internado desde hace casi dos meses que la obra social IOMA autorice una serie de injertos cutáneos para comenzar su recuperación, ya que sin esas cirugías podría quedar con severas dificultades para caminar o, en el peor de los casos, ser sometido a una amputación.

El pasado 24 de agosto, en la intersección de las 7 y 114, Elías Javier Gutiérrez protagonizó una experiencia aterradora que casi le cuesta la vida. Se encontraba en ese momento con su abuelo, quien cruzó la calle sin darse cuenta de que su nieto lo seguía.

Un camión, perteneciente a un corralón de la zona, transitaba justo por el lugar y no llegó a frenar. Con una de sus ruedas le pasó por encima de la pierna derecha. “Fue tremendo, una situación muy difícil de afrontar. Prácticamente, la piernita le explotó”, explicó -en diálogo con El Quilmeño– Daniel Gutiérrez, papá de Elías.

Lo que siguió después fue aún más duro para toda la familia del nene. “Entró en el Hospital Evita Pueblo de Berazategui, donde le cerraron la pierna para que no siga sangrando. Al día siguiente, pedimos el traslado a la obra social y lo llevaron al Sanatorio Güemes de la Ciudad de Buenos Aires”, detalló el hombre y, en la misma línea, destacó: “Los médico le salvaron la pierna. Varias veces se analizó la posibilidad de amputación, pero trabajaron muy bien”.

Inadmisible demora

El 31 de agosto, una semana después del accidente, los especialistas emitieron el pedido a la obra social del niño para que autorice una serie de injertos cutáneos: dos tendones de tibial recto interno, dos tendones tibial posterior y dos tendones semitendinoso, entre otros requerimientos.

Sin embargo, 57 días después de esa solicitud que podría devolverle a Elías la posibilidad de caminar, IOMA no aprobó las cirugías. “Se pasan la pelota todo el tiempo. Se echan la culpa entre ellos. Sufrimos todas las trabas burocráticas posibles. Nos rechazaron la historia clínica porque no estaba en cursiva. Hasta nos rebotaron por no poner negrita”, se quejó Daniel, quien, cegado por la bronca de la situación, exclamó: “Me gustaría tener 5 minutos delante mío al director de la obra social para darle una paliza y que no se olvide nunca más de mí”.

Más de 50 reclamos

Daniel, más calmo, retomó la entrevista y agregó: “No entiendo por qué juegan con la salud de un nene. Me presenté 10 veces en la sede de IOMA de Capital. Fui otras 10 veces a la de La Plata. Mi esposa fue otras 6 veces más. Hicimos más de 30 llamados. Qué esperan, que le corten la pierna”, cuestionó.

Por último, el padre de Elías contó que su hijo “tiene muchas ganas de recuperarse”, pero “a veces se deprime por estar tanto tiempo acá”. “Nos dijeron que la pierna no va a ser la misma. A él le encanta el fútbol, pero tenemos que ver cómo queda después de la operación. Es chiquito, se va a volver fuerte. Se va a curar”, auguró esperanzado.

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