Los carteles detallan los árboles y aves que pueden apreciar quienes se desplazan caminando, corriendo o en bicicleta. Así buscan concientizar sobre la importancia de cuidar la forestación.
Los integrantes de la Organización No Gubernamental (ONG) Peluffo Verde, de Villa Luzuriaga, acaban de dar otro paso para concientizar sobre la importancia de la forestación, y cómo disfrutarla: señalizaron tres circuitos aeróbicos para que los vecinos los puedan disfrutar caminando, corriendo o andando en bicicleta.
El circuito verde, de un kilómetro de longitud, se desarrolla, desde América y Alicante, por América, Facundo, Martín Fierro y Los Andes hasta América.
El circuito azul, de tres kilómetros de extensión, comienza en Venezuela y Guatemala y se extiende por Guatemala, La Paz, Centenera, Arribeños, Facundo, Ituzaingó, Camino de Cintura, Martín Fierro, Alicante, Lartigau, Ambrosetti y Venezuela hasta Guatemala.
Y el circuito rojo, de seis kilómetros, tiene su inicio en Remedios de Escalada y Centenera, desarrollándose por Escalada, Facundo, Carabobo, Los Andes, Miguel Cané, Los Andes, Perito Moreno, Camino de Cintura, América, Los Andes, Arribeños, Centenera, Ituzaingó, Camino de Cintura, Carabobo, Facundo, Escalada hasta Centenera.
Uno de los integrantes de Peluffo Verde, David Torrijo, explicó a suplemento La Matanza que “colocamos carteles con la descripción de aves y los árboles que se pueden ver en los recorridos. Tuvimos la colaboración de una diseñadora gráfica, el aporte de vecinos, como el que donó los acrílicos para hacerlos”.
“Nuestros objetivos -puntualizó- son educar sobre la importancia de mantener y ampliar la forestación, luchar para que el barrio Peluffo sea declarado área protegida, y sembrar árboles, por eso, la donación de ejemplares siempre es bienvenida”. Y la forma de contactarse es a través de las cuentas que la entidad tiene en Facebook e Instagram.
Torrijo advirtió que “en el barrio había lapachos, ceibos, ombúes, que fueron desapareciendo por construcciones, o incluso porque a algún vecino le molestaba tener que barrer las hojas en el otoño, eliminándose así ejemplares cuyo desarrollo lleva décadas. Como se dice, los árboles nos dan sombra, oxígeno, disminuyen los vientos, y entonces hay quienes consideran que no son importantes. Pero si dieran WiFi todos los plantarían”, apuntó irónico.