Tras recibir una feroz golpiza, la víctima quedó encerrada en su casa y llamó al 911. La Policía logró rescatarla y se llevó al agresor, que tenía un verdadero arsenal.
Un sujeto de 61 años casi mata a golpes a su esposa porque “la comida estaba salada”, un aberrante episodio que tuvo lugar en San Francisco Solano y que esconde una larga y triste historia de violencia de género que casi le cuesta la vida a una mujer con movilidad reducida, que durante años debió soportar golpes, encierros, amenazas y hasta hambrunas en su propia casa.
El hecho ocurrió en un inmueble ubicado en la calle 897 al 6800, en el barrio Los Eucaliptos. Fuentes judiciales revelaron a este medio que, en la noche del lunes, el matrimonio comenzó a discutir en la mesa. “El hombre le reclamaba que la comida estaba salada y ese fue el motivo de la agresión”, explicó uno de los investigadores del caso a El Quilmeño.
En ese momento, la hija de ambos, de 19 años, se levantó y se encerró en su pieza con los auriculares para no escuchar la pelea de sus padres. Al cabo de unos minutos, el papá entró a su habitación y le dijo que se pida un remis para ir a la casa de su tía.
Cuando el auto llegó a la puerta de su casa, salió de su cuarto y fue entonces que observó a su madre tendida en el suelo y muy golpeada, mientras que su padre, arrodillado sobre ella, le propinaba golpes de puño. Al verla, el hombre dejó de agredir a su esposa, fue hasta la puerta y se subió al remis con la joven.
Antes de irse, dejó cerrada la casa. Al quedar sola, la víctima llamó al 911 y en minutos llegaron varios patrulleros, que subieron por los techos y lograron entrar por una puerta del fondo para rescatarla. Al mismo tiempo, el agresor llegó y encontró a los policías dentro de su casa. “El hombre intentó echar a los uniformados y terminó esposado”, remarcó el vocero consultado, quien agregó que, luego, “lo trasladaron a la comisaría y quedó detenido”.
En tanto, la mujer fue llevada de urgencia al Hospital Eduardo Oller, de Solano, pero por la gravedad de su cuadro la derivaron al Hospital Isidoro Iriarte, de Quilmes. “Tenía múltiples escoriaciones y un derrame en el oído”.
Un arsenal
Al requisar la vivienda, los policías descubrieron que el acusado tenía un verdadero arsenal. En total incautaron un rifle de aire comprimido calibre 5,5 mm., una pistola calibre 9 mm., un revólver marca Taurus, una pistola calibre 25, cuatro cargadores de 9 mm., dos pistoleras, 71 proyectiles calibre 9 mm., 50 proyectiles calibre 38, 41 proyectiles calibre 25, una bayoneta, un teléfono celular, y tres cuchillos.
Festejo
La detención del comerciante (tenía un local en su propia vivienda) fue celebrada por todo el barrio Los Eucaliptos de Solano. Es que en el vecindario sabían que la mujer era víctima de violencia de género. Incluso, una vecina declaró haber escuchado en varias oportunidades los gritos de la víctima.
Esa mujer, además, declaró haber visto como el acusado “encerraba” a su esposa y la sometía a hambrunas, a tal punto que “la hizo bajar casi 50 kilos”.