Presentaron a la Justicia un pedido de prórroga para poder encontrar una nueva locación y reclaman el apoyo del Estado.
Después de meses de lucha para constituirse como cooperativa, los trabajadores de Gotan enfrentan ahora el posible desalojo del galpón que ocupa la fábrica de mobiliario urbano en el Parque Industrial de Burzaco.
A través de un escrito, han solicitado a la justicia que les otorgue un mayor plazo para conseguir una nueva locación o poder concretar algunos contratos con el Estado que les posibilite el pago del alquiler, pero aún no han recibido respuesta del Juzgado Comercial 27 de la Ciudad de Buenos Aires.
El predio no pertenece a quien era el dueño de la firma, el empresario y funcionario macrista Horacio Lamberti, por lo que sus propietarios quieren recuperar el predio, ya que desde setiembre de 2019, cuando quebró la empresa, dejaron de percibir el alquiler.
De los 44 empleados que supo tener Gotan, apenas 14 quedan en la cooperativa. Algunos perciben el Fondo de Desempleo (8 mil pesos) y otros el subsidio Potenciar Trabajo (12 mil pesos), y con los pocos trabajos que consiguen, y la organización de una parrilla solidaria y rifas, logran alguna suma extra, pero que no alcanza para sostener a sus familias.
En diálogo con este medio, Néstor Embriaco, presidente de la Cooperativa, expresó su preocupación ante la situación que enfrentan aunque mantiene sus expectativas en poder salir adelante dado el potencial de esta fábrica especializada en mobiliario urbano que llegó a concretar trabajos de gran envergadura como la renovación de la estación Lisandro de la Torre o garitas del Metrobus.
“Le estamos pidiendo al juez que nos dé más tiempo para conseguir otro espacio e iniciamos gestiones ante distintas dependencias del Estado para que nos den contratos y podamos sostener nuestra fuente de empleo”, explicó Embriaco, quien lamentó la falta de apoyo de parte de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).
El dirigente reconoció que el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social analiza algunas opciones de traslado a Lomas de Zamora o a Avellaneda, pero aún no hay nada concreto. Los dueños del galpón que ocupan se harían e cargo del traslado de la maquinaria.
“Queremos mantener viva esta fábrica recuperada. Nos costó un año y medio conseguir la matrícula como cooperativa, y desde hace un mes ya tenemos CUIT y cuenta bancaria, por lo que tenemos todo para seguir funcionando”, subrayó Embriaco, que ahora espera que el gobierno les tienda una mano.