El hecho provocó el enfrentamiento entre los padres de los alumnos ya que algunos habrían participado del encuentro y otros salieron a repudiarlo enérgicamente.

Una fiesta clandestina organizada en un jardín de infantes privado de Bernal Oeste, por el propio hijo de la dueña, y a la que asistieron más de 100 personas, causó una gran controversia entre los padres de los niños que asisten allí, ya que un grupo aseguró que algunos participaron de la celebración ilegal, mientras que otros se indignaron porque la consideraron inapropiada debido al contexto sanitario causado por la pandemia de coronavirus.

Ocurrido el último fin de semana, el encuentro tuvo lugar precisamente en el establecimiento ubicado en la intersección de la calle Cabo Raúl Sessa con 183 -a metros del Hospital Modular- . Fue el organizador el propio familiar directo de la propietaria, a la que le había dicho que se iba a tratar de “una simple reunión de amigos”.

Los videos de la actividad, en la que se ven a decenas de personas que bailan sin el adecuado distanciamiento social ni con el tapabocas, y que, además, comparten el mismo vaso, se viralizaron a través de las redes sociales. Las repercusiones que causaron las imágenes resultaron dispares, ya que, por un lado, despertó gran repudio, pero por el otro, le restaron importancia a la indignación.

Una de las que estuvieron a favor de la fiesta, a modo de justificación, señaló que, además de un jardín, “es una casa y fue una fiesta normal. Es uno de los mejores, yo mando a mi hija ahí”, pero luego sorprendió al comentar que “estuvo hecha un fuego”.

En tanto, otro de los padres manifestó: “Duele mucho ver como uno cuida tanto a sus hijos para que no les pase nada y que un grupo de personas se burlen literalmente de todo”.

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