Cansada de que le toquen el timbre a toda hora en busca de sexo, la dueña de la propiedad acudió a la Justicia para denunciar a una red delictiva cobra dinero por adelantado a las víctimas.
Una vecina de Quilmes Oeste vive un verdadero calvario debido a que una banda de estafadores utiliza la dirección de su casa en un sitio web de servicios sexuales, a través del que cobran un pago por adelantado a los clientes y los envían al domicilio de la mujer para el ansiado encuentro, pero allí descubren que fueron víctimas de un engaño.
Cansada de que le toquen el timbre a toda hora en busca de sexo, la dueña de la propiedad acudió a la Justicia en busca de una solución. Es que, desde hace meses, una red delictiva cobra dinero por adelantado mediante transferencias a clientes que van a parar a su casa en busca del servicio que contrataron.
Fuentes vinculadas al caso revelaron a El Quilmeño que la mujer, identificada como Mónica, logró convencer a uno de los estafados que le tocó el timbre para que se acerque a la comisaría con ella para hacer una declaración. En sede policial, el hombre dio detalles de la página de internet, el número de teléfono que le proporcionaron y la cuenta, en la que confesó haber pagado 500 pesos por el adelanto del servicio.
Ese fue el punto de partida de una investigación que recayó en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 3 de Quilmes, a cargo del fiscal Martín Conde, quien comenzó a analizar las maniobras de la red de estafadores, quienes proporcionan distintos números de teléfono que luego van cambiando, al igual que las cuentas en las que piden los pagos, que por lo general son cuentas virtuales no bancarizadas.
Ahora, la causa cambio de fiscalía y pasó a la órbita de la UFI Nº 1 de Berazategui, bajo las órdenes del fiscal Daniel Ichazo, el especialista del Departamento Judicial Quilmes en delitos de esta temática.
El principal problema que afrontan los investigadores es la falta de cooperación de las víctimas, quienes prefieren mantenerse en reserva y no denunciar la estafa por miedo a que se haga pública su identidad, dado que se trata de un tema “delicado” que podría acarrear problemas personales más graves. “Nadie quiere hacer la denuncia”, agregó el vocero consultado.