Dos menores de edad eran obligadas a ver pornografía “para que aprendieran” y, luego, fueron violadas en medio de espeluznantes rituales religiosos.
Truculentos detalles salieron a la luz en el juicio que se lleva adelante contra un pai umbanda de Florencio Varela y su hija, en el que el hombre está acusado de abusar sexualmente de dos de sus nietas -con la complicidad de la madre de las víctimas- a quienes le mostraban pornografía “para que aprendieran” y las violaban en medio de rituales religiosos.
El debate público llegó a su fin en el Tribunal Oral Criminal (TOC) Nº 2 de Florencio Varela y el veredicto se dará a conocer la semana siguiente. El abuelo de las niñas afronta cargo por el delito reiterado de “abuso sexual con acceso carnal agravado por aprovecharse de la convivencia preexistente con un menor de 18 años de edad y suministrarle material pornográfico”, mientras que la madre de ellas debe responder a esos mismos delitos pero con la calificación de “partícipe necesario”.
Durante las audiencias, trascendió que entre 2016 y 2018 ocurrieron los delitos y en noviembre de ese último año los acusados fueron detenidos en su vivienda del barrio San Rudecindo, luego de que la menor de las víctimas escapara de la vivienda familiar para contarle a su padre los abusos que había sufrido. Producto de esa denuncia, se le sumó la exposición en la Justicia de la hermana mayor, quien relató también los ataques sexuales que sufrió en manos de su abuelo.
El calvario que vivieron durante esos años también se ventiló en el juicio. “Tenía 14 años, mi madre me dijo que tenía que comenzar con los rituales para ayudarla y al abuelo. Me obligaron a desnudarme y a acostarse desnuda en una cama junto a ellos. Me hicieron ver unos videos pornográficos para que aprendiera y no me pasara nada en la calle”, relató una de las víctimas, que estuvo presente en la instancia de alegatos.
Y la joven, hoy de 21 años, agregó: “Mi abuelo me violó, lo hizo tres veces más y cuando me negué mi mamá me dijo ‘sos una puta'”.
Asimismo, el fiscal expuso ante los magistrados la declaración de la otra víctima, quien, en Cámara Gesell, narró como su madre y su abuelo la obligaban a “hacer cosas feas, trabajaban con el cuerpo”, hasta que fue obligada por su progenitora: “Mi madre hizo que esté con mi abuelo, mi abuelo me abusó”.
Los dos acusados recibieron el derecho a hacer uso de la palabra previo a la finalización del juicio. El pai se negó a ese beneficio y su abogado defensor pidió que, luego del veredicto, se tome en cuenta sus problemas de salud. En cambio, su hija si hizo uso de esa opción. “Todo lo que tenía que decir ya lo dije”, expresó ante los jueces, según publicó el portal InfoSur. Cabe destacar que la defensa de la madre de las víctimas solicitó su libre absolución y se basó en la historia de vida que tuvo. En ese sentido, dijo que fue “una víctima más de su padre”, que había sido “abusada sexualmente a los 14 años y preparada para trabajar en un prostíbulo”.
De ser encontrados culpables, el hombre deberá cumplir una pena de 14 años y 6 meses de prisión, mientras que la mujer, de 13 años y 8 días.