En el antiguo establecimiento de avenida Monteverde y 897 intentaron montar un complejo de canchas de fútbol, pero los constructores no tenían permiso.

Un grupo de okupas intentó ayer montar una obra en construcción sobre una vieja estación de servicio abandonada en San Francisco Solano, pero el Municipio de Quilmes constató que los constructores no tenían permiso y los desalojó del polémico lugar, que, hace años, representa un foco de conflicto para los vecinos de esa zona, dado que allí se realizaban desde quemas contaminantes hasta fiestas clandestinas.

Cuando llegaron algunos camiones y un grupo de obreros comenzó a bajar ladrillos, tablas y materiales de construcción, los habitantes del vecindario se ilusionaron, ya que creían que la vieja estación de servicio PDVSA, ubicada en Monteverde y 897, dejaría de ser un problema.

Sin embargo, con el correr de las horas, un grupo de inspectores municipales inspeccionaron la incipiente obra y constataron que intentaban montar una construcción ilegítima, dado que no tenían la documentación indicada para hacerlo.

Al parecer, los ocupantes quisieron aprovechar que el predio se convirtió hace tiempo en tierra de nadie, para hacerse de las tierras y montar allí “un complejo de canchas de fútbol”, a fin de explotar económicamente el lugar. Sin embargo, el Municipio actuó rápidamente y evitó que se perdiera un terreno que, según explicaron, está destinado a la construcción de un nuevo Cuartel Central de Bomberos.

Ante esa situación, los desalojados tuvieron que recoger los materiales que habían llevado y se retiraron del lugar.

Desilusión

La alegría por la reconversión de la vieja estación de servicio se transformó en desilusión para los vecinos de ese sector de San Francisco Solano. Es que, desde hace tiempo ya vienen reclamando a las autoridades que se realice una puesta en valor del antiguo establecimiento dedicado a la venta de combustibles.

Hace apenas 20 días, un incendio de grandes dimensiones se desató en la vieja PDVSA y los vecinos volvieron a la carga para exigir una respuesta urgente. Y ahora, si bien la acción del desalojo fue legítima, volvieron a pedir una inmediata solución para el lugar. “No importa quien esté, el tema es que no siga en el estado de abandono generando inseguridad”, afirmaron los residentes de la zona.

A las quemas, que generan contaminación y gran cantidad de humo, se le suma también que el lugar fue utilizado muchas veces para la realización de extrañas fiestas clandestinas, que generaban gran inseguridad en el barrio.

Incluso, los vecinos llegaron a considerar que se había convertido en un “aguantadero de delincuentes”, por lo que habían aumentado considerablemente los robos en las inmediaciones de la estación de servicio.

Lo nuevo que se supo en la jornada de este miércoles fue que esas tierras ya tendrían destino asegurado, pero no se aclaró cuándo comenzará la puesta en valor del predio.

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