Quería el millón de pesos para comprar máquinas para hacer pastas, negocio que realizaba a mano junto a su esposa y que se vio afectado cuando a ella la operaron del corazón.
Tras su paso por el programa Los 8 escalones, un vecino de Bernal Oeste conmovió no sólo al público con su estremecedora historia de vida, sino también a la ganadora de esa edición, quien lo ayudó a cumplir su sueño de adquirir máquinas para elaborar pastas frescas, un negocio que realizaba a mano junto a su esposa y que se vio afectado cuando a ella la operaron del corazón y no pudo trabajar más.
La participación de Rafael Vilchez en el ciclo que conduce Guido Kaczka será difícil de olvidar. El pasado 19 de abril, el hombre oriundo de Bernal compitió en el certamen de preguntas y respuestas y cuando le preguntaron para qué quería ganar el millón de pesos se vivieron momentos de pura emoción.
“Soy bailarín”, se presentó Rafael y, luego, explicó: “Quiero el premio para armar una fábrica de pastas, lo hago con la mano, fabrico pastas a mano y necesito las máquinas. El millón es para mi señora que está operada del corazón”.
Al decir esas palabras se quebró y se hizo un silencio en el estudio. “Ay Rafael, ella hace las pastas con vos, trabajan juntos”, agregó el conductor y le ofreció saltear su pregunta y dejarla para después, para que se pudiera recuperar.
Pero el concursante se repuso y dijo: “Mi señora fue operada del corazón, una operación grande”. Sin embargo, las lágrimas nuevamente le impidieron seguir hablando. Fue entonces que Guido se acercó a él para consolarlo. “Antonia debe estar mirando y debe estar llorando, todos están llorando”.
El juego prosiguió y Rafael se quedó en el camino. Sin embargo, su historia había calado profundo en el corazón de Patricia Galarza, quien ganó ese día el premio. La mujer decidió poner manos a la obra para ayudarlo a que pudiera tener las herramientas de trabajo que necesitaba.
“¡Misión cumplida! Una PyME, RD, nos donó las máquinas, una raviolera y una ñoquera. Es una alegría porque su señora hace todo a mano, ahora cien ravioles los sacan en diez minutos, no en tres horas”, contó Patricia, quien se encargó de que el vecino cumpliera el sueño que lo llevó a la TV.
Asimismo, contó que, después de ganar, “Rafael me abrazó y me dio una medallita y me dijo ‘bendiciones'”. Fue en ese momento que una cosa comenzó a dar vueltas por su cabeza. Días más tarde le contó a un amigo y juntos lograron que RD, una fábrica de Villa Martelli, donara las máquinas para hacer pastas.
Y este sábado, tocaron timbre en el negocio de Rafael y su esposa para entregárselas. El vecino de Bernal se quedó sin palabras, así como le había ocurrido tres semanas atrás frente a cámara. Patricia le mostró entonces que en su bolsillo tenía la medalla que él le había obsequiado. “Es gracias a esto”, cerró ella.
“Él con las máquinas va a estar mejor”, agregó la concursante, con la satisfacción de haber aportado su granito de arena para poder cambiarle la vida a alguien. Ahora, quiere ir por más y dijo que le gustaría seguir colaborando con otras personas, haciendo esta especie de “cadena de favores”.