Como no tiene producción, carece de ventas e ingresos, por lo que sus dificultades pueden extenderse 8 meses más. Un subsidio de Nación le permitió pagar deudas, pero ya se generan otras.
Abril, mayo, o incluso junio. Esos son los meses tentativos en los que podría volver a funcionar el taller protegido de la Asociación de Padres y Amigos para la Capacitación e Integración del Discapacitado (APACID), de Ramos Mejía, en el que se desempeñan 49 operarios, según reveló a este medio su presidenta, Valeria Súnico.
Por lo tanto, la complicada situación de la entidad se extenderá otros 8 meses, ya que al no producir (trapos de piso, bolsas de residuos para casas y consorcios y en el sector de gastronomía, pizzetas y empanadas), no hay ventas, y en consecuencia, tampoco ingresos.
Súnico puntualizó que “el taller sigue cerrado como desde que se inició el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) -el 20 de marzo, para evitar la propagación del coronavirus- ya que para nuestros operarios es complicado sostener el distanciamiento social, muchos tienen patologías preexistentes, o conviven con personas de riesgo. Y además para llegar al taller tienen que tomar la mayoría 2 colectivos”.
Luego señaló que “en los últimos dos meses, gracias al subsidio brindado por la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), gestionado por la Red Federal de Talleres Protegidos, pudimos pagar deudas de servicios y adquirir insumos de prevención del Covid-19”.
“Pero los gastos continúan, y de hecho, por ejemplo, necesitamos reparar los techos, ya que cuando llueve, hay importantes goteras. Por eso organizamos distintas actividades, como una maratón virtual junto a la Fundación San Francisco de Asís de Isidro Casanova, e invitamos a la comunidad a que colabore con nuestra entidad a través de las cuentas bancarias”, precisó la titular de APACID.
La entidad cuenta con un hogar, que sigue alojando “a 8 adultos con discapacidad sin familia, sin cobertura de obra social, que no se contagiaron a pesar de que hubo casos de Covid-19 entre nuestro personal, ya que mantuvimos estrictos protocolos sanitarios”.
Valeria Súnico precisó que el personal se encarga de armar los bolsones de alimentos que reciben las 49 familias de los operarios 2 veces por mes, y que incluyen elementos de protección contra el coronavirus. Además se les brinda contención en forma remota.