La “entregadora” trabajaba desde hace un año en la vivienda y descubrió que su empleadora escondía una fuerte suma de dinero en una máquina de coser.

Un grupo de delincuentes robó un jugoso botín calculado en casi 10 millones de pesos durante un robo en una vivienda de la localidad de Gutiérrez, donde los asaltantes, según surgió de la investigación, lograron entrar con la ayuda de la empleada doméstica del lugar, quien había descubierto que su empleadora tenía escondidos en una máquina de coser unos 65 mil dólares y 300 mil pesos, suma que fueron directamente a buscar sin revolver ningún otro rincón de la casa.

El hecho, que salió a la luz en las últimas horas, ocurrió el pasado viernes 19 de marzo alrededor de las 10.30 de la mañana, cuando tres sujetos llegaron hasta un inmueble ubicado en la calle 408 al 900 a bordo de un Fiat Siena.

Uno de ellos se quedó al volante como “campana”, mientras que los dos restantes ingresaron al inmueble con la ayuda de la empleada doméstica, una mujer de 41 años que se encontraba en el patio delantero haciendo tareas de limpieza.

Una vez adentro, los ladrones sorprendieron a la propietaria de la vivienda, a quien golpearon salvajemente y maniataron. Luego, fueron directamente hacia una máquina de coser, donde la víctima había escondido la fuerte suma de dinero y se dieron a la fuga raudamente.

Sospechas

Desde un primer momento el caso despertó sospechas en los investigadores. La mujer radicó la denuncia en la Comisaría 3ra. de Berazategui, donde los encargados de la pesquisa notaron algunos detalles que hacían suponer la existencia de un entregador o una entregadora.

Fue así que todas las miradas fueron puestas en la empleada doméstica, que en principio figuraba como testigo en la causa. Una de las cosas que llamó la atención de los agentes fue que los delincuentes sólo robaron el teléfono celular de la empleada, pero no así el de la dueña de la finca.

Asimismo, en la declaración de la víctima se dejaron en evidencia algunas situaciones extrañas que ocurrieron esa mañana, como que la empleada llegara dos horas tarde y alcoholizada. Pero la prueba más contundente llegó cuando los policías revisaron las cámaras de seguridad de la casa, en las que observa a la sospechosa mantener un diálogo previo con los ladrones, a quienes les abrió el portón para facilitarles el acceso.

Las sospechas se incrementaron cuando los investigadores detectaron contradicciones en su relato y así determinaron que sería ella la presunta entregadora, quien mantendría una relación amorosa con uno de los supuestos asaltantes. Por tal motivo, fue detenida acusada como “partícipe necesario” en el robo.

El caso recayó en la Unidad Funcional de Instrucción Nº 1 de Berazategui, a cargo del fiscal Daniel Ichazo, quien ordenó cuatro allanamientos para dar con los tres delincuentes prófugos, dos de las cuales tuvieron lugar en Quilmes.

Fuentes cercanas a la investigación revelaron que en un domicilio de las calles Unamuno y Triunvirato la Policía secuestró documentación del líder de la banda, quien tendría antecedentes penales y un juicio pendiente por “robo agravado” que iniciaría en junio.

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