El hecho se viralizó en las redes cosechando críticas y adhesiones a su realización en medio de la segunda ola de coronavirus. La última disposición del Obispado permitía misas al aire libre con hasta 20 personas.
La irrupción de dos efectivos policiales durante la celebración de una misa de Primera Comunión de la parroquia Corpus Christi de Temperley, con la orden de suspenderla -tras recibir una denuncia anónima de un vecino-, ha generado una polémica que excedió los límites de la región. Mientras algunos justifican el accionar policial y la suspensión de la actividad ante el vertiginoso avance de la segunda ola del coronavirus, otros opinan lo contrario aludiendo que se realizaba al aire libre y cuidando todas las medidas de prevención, contraponiendo lo que sucede en las plazas y ferias de la región donde pueden verse a cientos de jóvenes sin que la policía haga nada.
La ceremonia tuvo lugar el sábado pasado por la tarde en el denominado “Campito”, un amplio predio ubicado en Conscripto Bernardi y Espora, en la que 10 alumnos de un colegio de la zona recibirían ese sacramento. En los videos que se viralizaron por las redes pudo verse que todos -niños y familiares- tenían barbijo y respetaban el distanciamiento.
A pesar del mal trago del momento, el párroco Guillermo Robles -conocido como Padre Tito-, expresó que “no dudo de la buena intención de los policías porque fueron muy corteses con nosotros, no me puedo quejar de nada. De hecho, se pudo completar la celebración”.
Robles se negó a suspender el oficio religioso argumentando que el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del presidente Alberto Fernández permite las ceremonias religiosas con un aforo del 30 por ciento, lo que se cumplía durante la actividad. En el video, los propios agentes reconocieron: “Nosotros no estamos para esto. Estamos para perseguir chorros, pero nos mandan”.
El sacerdote explicó que “los papás me preguntaron si podían tomar la Comunión en el Campito y les dije que sí. Yo tengo que velar por la salud espiritual de ellos porque les van quitando todo”.
“Lo que pensé fue que me podía ligar un reto, me podía llamar la atención mi Obispo, Jorge Lugones, quien me dijo que sea prudente”, aseveró el cura que manifestó: “Estoy feliz de haberle dado la comunión a los chicos. Es una ayuda más para ellos en este momento difícil que estamos pasando”.
A mediados de abril, el Obispado había dispuesto que la misas se celebren al aire libre con hasta 20 personas.