Vecinos pagan hasta 300 pesos por casa para que una o varias personas realicen una reparación, una práctica habitual en épocas de elevado consumo.

Por los reiterados cortes de luz en algunos barrios de la región resurgieron las llamadas “cuadrillas truchas”, que cobran hasta 300 pesos por casa para devolver el servicio a los usuarios, quienes, rehenes de la situación, se ven obligados a pagar de su bolsillo para tener electricidad, dado que -según denunciaron a este medio- la empresa “Edesur puede demorar hasta 10 días” en solucionar un desperfecto en la red.

Por estos días el frío cala los huesos y en muchos hogares la energía eléctrica es el único medio de calefacción. Por eso, se trata de una práctica (de la que reiteradamente diera cuenta El Quilmeño) que se da habitualmente cuando hay alto consumo, como el que se registró en la jornada del pasado lunes con un récord histórico para una temporada invernal.

En barrios de la periferia las conexiones clandestinas agravan el problema y surgen, como paliativo, estas cuadrillas truchas que ofrecen soluciones temporales a los vecinos. Frente al crecimiento del consumo, las redes de media y baja tensión colapsan y dejan sin servicio a miles de usuarios.

“Nosotros hacemos el reclamo a Edesur, pero pueden pasar hasta 10 días en venir a reparar una caja que se quema. ¿Sabés lo que es estar 10 días sin luz?. Más con este frío. Es imposible. Esto no da para más”, expresó, cargada de bronca, Soledad Gramajo, una vecina del barrio Los Eucaliptos de San Francisco Solano.

En diálogo con este Suplemento, la mujer detalló el funcionamiento de las cuadrillas truchas y reconoció que son los mismos vecinos quienes los llaman cuando se corta la energía. “¿A vos te parece que nosotros, que pagamos religiosamente la boleta, tengamos que pagarle a un hombre para que se suba al poste y repare los desperfectos?. No es justo. Y tenemos que pagarles porque Edesur viene cuando se le antoja”, exclamó enfurecida.

“Se cuelgan y no pagan”

Gramajo también apuntó contra “los vivos que se cuelgan y no pagan”. Puntualmente, la vecina se refirió a las personas que realizan conexiones clandestinas desde la red a sus propias casas. “Son los que no cuidan la luz, dejan todo el día la estufa encendida y no les importa, total ellos no pagan nada”, recriminó.

El problema es que los medidores están preparados para soportar una cantidad limitada de conexiones y, cuando se suman nuevas, la red se satura dejando sin electricidad a los hogares que se alimentan con esa fase.

“Ya nos dijeron que tenemos que juntar firmas para que Edesur nos cambie los medidores. Los que hay actualmente no aguanta. La últimas vez que arregló la cuadrilla trucha, estuvimos seis días bien y después se volvió a cortar. Necesitamos una solución definitiva porque esto no da para más”, reiteró Gramajo y, por último, relató: “Somos muchos los que la estamos pasando mal con este frío. Yo, en mi casa, tengo a mi suegro postrado en una cama y a la noche le cambiamos los pañales a la luz de la vela”.

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