Con ese sistema, ya lograron retirar 16 toneladas de residuos. Trabajarán también en el Duppy, el Susana y Las Víboras y el viejo cauce del Matanza en el barrio José Hernández.
Con el objetivo de reducir la cantidad de residuos que llegan al Río Matanza, se colocaron barreras de retención de sólidos flotantes en los arroyos Don Mario -que se ubica en Isidro Casanova, entubado hasta Martín Coronado casi avenida Cristianía y luego a cielo abierto, desembocando en Gregorio de Laferrere- y Morales -que marca el límite entre González Catán y Virrey del Pino-.
La iniciativa corresponde a la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), que precisó que esas barreras permitieron ya retirar del arroyo Don Mario 2 toneladas de residuos, y del arroyo Morales, 14 toneladas, que en ambos casos fueron depositadas en el centro de disposición final de la Coordinación Ecológica Area Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE).
Además, con un equipo de limpieza móvil se trabajará en los arroyos Duppy y Susana de Gregorio de Laferrere, Las Víboras de González Catán y el primitivo cauce del Río Matanza en el barrio José Hernández, conocido también como La Salada.
Durante 4 años
Según se precisó desde ACUMAR, las acciones se extenderán por 4 años, y fueron diseñadas como una política de gestión que contempla una mirada integral y complementan el trabajo que el organismo lleva adelante a diario en la limpieza de espejo de agua en el cauce principal del río y de las márgenes.
Paralelamente, comenzaron las tareas de mantenimiento, mejora, acondicionamiento, perfilado y limpieza de los cauces de agua.
Las intervenciones apuntan a mitigar posibles inundaciones durante los días de fuertes lluvias y sus efectos sobre la población más expuesta. De esta manera, se da continuidad a los trabajos realizados en una primera etapa entre agosto y diciembre del año pasado, cuando se realizó la limpieza de más de 58 mil metros de río, arroyos, canales y zanjas en toda la Cuenca.
“Lo que hacemos con estas obras tiene un doble impacto, por un lado evitamos que la basura siga llegando al Riachuelo y por otro, quizás el más importante, estamos previniendo futuras inundaciones y anegamientos en las zonas más bajas de la Cuenca” señaló el presidente de ACUMAR, Martín Sabbatella.
A partir de los resultados obtenidos en la primera etapa, fue posible diseñar estrategias para dar continuidad este año al mantenimiento y la mejora de los cauces de agua ya intervenidos y extender el trabajo a otros tramos de cuerpos de agua, consensuados con cada jurisdicción, con el fin de ampliar la intervención y profundizar la prevención de anegamientos de zonas vulnerables.
Los trabajos de perfilado implican el raspaje del talud en lugares impactados por residuos y obstrucciones con el objetivo de acondicionar los cauces para que el agua circule correctamente, fundamentalmente, en los días de lluvia.
El servicio, que también incluye la desobstrucción, acondicionamiento y limpieza en cuerpos de agua identificados como críticos por su alta incidencia en la regulación hídrica, se extenderá por un período estimado de 3 meses.